Vivir de mudanza en mudanza, ser nómadas como somos muchas personas (debido a "los tiempos" o a nuestra propia forma de ver al vida), hace que se aprenda aquello de no acumular cosas innecesarias.
De un tiempo a esta parte, no solo importa la palabra 'necesario' (bastante relativo) sino el amor (como con todo en la vida), la energía que nos transmita aquello que nos rodea, también los objetos.
Esto lo corroboré gracias a la conocida Marie Kondo que escribió "La magia del orden", un best seller que ayuda a ordenar y guardar, con cariño y paz. Como buena japonesa.
Me dispongo a iniciar otra mudanza y cada vez me llevo menos conmigo, esta vez lo prioritario son un par de cambios de ropa, dos libros, mi gata Catalina y un cuadro.
Me dispongo a iniciar otra mudanza y cada vez me llevo menos conmigo, esta vez lo prioritario son un par de cambios de ropa, dos libros, mi gata Catalina y un cuadro.
A la hora de ordenar, limpiar y seleccionar, Marie Kondo recomienda lo siguiente:
1. Guardar sólo lo que nos hace felices. La pregunta según el libro es "Does it spark joy?", la idea es coger cada cosa entre las manos y preguntarnos si nos hace felices o si para nosotrxs desprende alegría, si no, se tira y se le agradece el 'servicio' dado (ej. Gracias por haberme ayudado a saber que el corte imperio no me favorece)2. También enseña cómo plegar la ropa para tenerla visible en todo momento, de forma vertical en los cajones. Ordenando con un orden, empezando con lo más fácil, para no abandonar. Según Kondo lo más fácil es la ropa. Hay que dividirla en prendas superiores (remeras, sweaters,...), inferiores (pantalones, polleras,...), prendas que van en perchas (vestidos, camperas,...), medias, ropa interior, bolsos, accesorios, y ropa específica/de temporada (traje de baño, uniformes,...). El orden es, repito: ropa, libros, papeles, misceláneas y al final los recuerdos. Parece algo obvio pero yo, por ejemplo, siempre tenía juntos los pantalones y las camisetas o colgaba camisetas y plegaba vestidos, la ropa de ensayos junto a los pijamas... Un caos.
Foto de "onekingslane"
3. No ordenar por zonas de la casa, ordenar por categorías. Ella propone juntar todo lo que tenemos en un solo lugar, hacer la selección según lo que nos hace felices y luego colocarlo donde queramos.
4. Hacer esta limpieza toda de una, en un mismo día. Ojo que es cansado y complicado, se debe dedicar tiempo y con paciencia.
5. No hay que comprar más cajas y cajitas para guardar cosas, eso es solo para las personas que acumulan, eso ocupa espacio y luego no sabes lo que hay dentro. Es importante que todo esté a la vista, por eso la idea de plegar de forma vertical.
6. Lo más gratificante de todo esto es que también ordenas tus historias personales: aprendes qué quieres en tu vida, qué no y qué debes dejar ir.
Al final, solo se trata de rodearte de las cosas y las personas que amas.
Yo he llenado 5 bolsas de basura de las 'gigantes' con ropa y eso que, hace un año, ya di muchísima cuando aprendí que la vida es mucho mejor cuando se vive con menos y 'sólo' se acumulan memorias, experiencias y sentimientos. También tengo 7 cajas de libros que, una vez leídos, ¿para qué los quiero en la estantería? Seguro que a alguien les sirve y prefiero donarlos a la biblioteca.
Lo más difícil, sin duda, los recuerdos o memorias, la melancolía... Solemos atesorar y atribuirle a los objetos el poder de hacernos recordar, un objeto es un objeto, a menos que nos haga felices realmente tenerlo. Aquí varía el criterio de cada persona, su felicidad y su sensibilidad para las energías de su entorno.
Tranquilidad, a veces hace falta repetir la limpieza. Por ejemplo, yo pensaba que ya había acabado con la ropa y repetí el proceso TRES veces más hasta seguir llenando bolsas. No valen los 'por si acaso' o en si nos irá bien en 'alguna ocasión'... Si no lo has llevado en un año, no lo necesitas, a menos que desprenda alegría.
Tranquilidad, a veces hace falta repetir la limpieza. Por ejemplo, yo pensaba que ya había acabado con la ropa y repetí el proceso TRES veces más hasta seguir llenando bolsas. No valen los 'por si acaso' o en si nos irá bien en 'alguna ocasión'... Si no lo has llevado en un año, no lo necesitas, a menos que desprenda alegría.
¡Prometo foto en mi Instagram en cuanto llegue al nuevo hogar!