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I CHING

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Habla el I CHING. 

No esperaba que 'saliera' el hexagrama 'Tui', por eso nunca hay que esperar nada. Aunque luego, al escucharle, entendí y agradecí.

Este hexagrama dibuja el reposo de la naturaleza (indicando el tiempo en el cual los campesinos se quedaban en sus casas) y lo traslada a las situaciones humanas. Los fríos del invierno congelan los lagos, inmovilizan los manantiales, endurecen los campos, mientras los hombres, finalmente libres de fatigas, se acercan a las mujeres, que se convierten en el centro cotidiano y se adueñan de un tiempo que les pertenece, un tiempo de ternura y paz.

Kan inducía a meditar sobre el fin y el principio, Tui es la calma del espíritu absorto en consolantes certidumbres, por ello es la destrucción (el invierno) y la distensión. Al cerrar el año agrícola, concluye también el poema del hombre con un melancólico toque poético, que añade al intenso amor por la vida, la conciencia de que precisamente esa espléndida vida es esencialmente mortal. Liberado de la inmortalidad, el problema de vivir se simplifica, se reduce a la exigencia de organizar los días de manera que, en cada grupo de circunstancias determinadas se los exalte, para poder realizarnos en armonía con nuestro destino.

La calma y la sonrisa aseguran el éxito en las relaciones con los demás, en la solución de todo problema, porque nos permiten ser objetivos, nos tornamos disponibles, revelan el equilibrio y la claridad de ideas. Tiempo de meditación y de sabiduría. Tui invita a reflexionar sobre lo que se ha hecho antes de poner en marcha nuevos asuntos, pero sin dramas y sin remordimientos, sino con la serenidad de juicio en toda decisión de la vida.

Este hexagrama, como imagen, es muy potente, 'aguas tendidas una sobre la otra. Tiempo de recogimiento. Solo él puede reunir a muchos amigos para meditar e instruir'

Es una de las imágenes más gentiles y bellas de todo el texto del I CHING, habla de la amistad, de los contactos a alto nivel intelectual; describe un gozoso círculo de Sabios, amistosamente reunidos para discutir sus problemas. El intercambio de pensamientos, la ayuda recíproca, la afectuosa intimidad con las personas queridas, hacen que la jornada se llene de una alegría que está entre las más raras. Esas 'aguas tendidas una sobre la otra' son una fantasía tan intrépida que llegan a producir vértigo, la quieta conversación de los amigos nos recuerda dimensiones cotidianas, pero dimensiones que constituyen la felicidad de unos pocos elegidos, la felicidad de la sabiduría.

Las líneas de hexagrama hablan. Las glosas de las líneas mutantes ponen el acento en el hecho que esta serenidad es una condición de la mente, una conquista larga y ardua del espíritu. Por ello es más preciosa y rara.

Este miedo que se disuelve, los recuerdos sobre la pérdida de salud, la salud de los que quiero, el cuerpo que se queda y dejamos de estar... A todo ello dice: La calma interior encanta, fascina, ata a cualquiera que recoja su reflejo luminoso. La paz de los sentimientos y de los sueños conforta a quien llega, saluda a quien se aleja dándole siempre un recuerdo dulcísimo. Una condición que hay que defender, y vivir en su plena belleza, para recordarla luego como un momento de milagrosa perfección.

El amor, el sexo, las relaciones de este tipo con las personas. Dice: No importa cuáles hayan sido las causas de las preocupaciones pasadas, ya no lograrán turbarnos porque los problemas han sido resueltos. Son reemplazados por la claridad de las intenciones, la precisión de los pensamientos y la firmeza de los sentimientos que crean una atmósfera de paz en torno a quien, con equilibrio y generosidad de miras se prepara para recibir la más grande comprensión de los hombres, de los acontecimientos y de los errores. El tiempo de Tui es grandioso precisamente porque diseña el sentir mismo de quien está en paz con su conciencia, de quien es fiel a las palabras, de quien es justo al obrar según su pensamiento, que no ha variado a través de las experiencias no siempre alegres de la vida.

Ay, el trabajo, especialmente el actoral: Existen apariencias tranquilizantes, pero será mejor que seamos cautos al dar demasiada confianza al tiempo y a los acontecimientos. El momento es delicado, hará falta paciencia y atención, porque la línea indica la plácida bonanza que tanto temen los marineros, pues anuncia una tremenda tempestad. Las personas no son inocentes como parecen, los hechos son más graves de lo que dejan suponer las deducciones optimistas de quien se abandona a reflexiones atolondradas. Incluso los tiempos serenos constan de días llenos de preocupación, y habrá que temer.

Y ahora, cuestiones muy personales y espirituales (más privadas), la conclusión es apacible como pocas otras, hay que tener cuidado con haberse desacostumbrado a la lucha, a las fatigas, a la atención asidua, necesaria en casi todos los momentos de la vida, para conservar las posiciones conquistadas con tanto esfuerzo. La monotonía de los días de invierno que describe Tui no debe convertirse en desidia, hay que recordar que este es un tiempo de pensamientos serenos y como tal, hemos de vivirlo para encontrarnos con el trabajo cumplido cuando los días se tornen intensos, quizá más de lo que nuestras fuerzas puedan soportar.


*Texto extraído del I CHING original traducido al español tras consultarle con las tres monedas. Foto MELIBEAS

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